Tuve que esperar dos semanas hasta que mi profesor de raid
pudo venir, ya que tenía otros asuntos pendientes. Yo estaba que no podía
aguantarme las ganas, aprender una nueva modalidad era algo emocionante, muy
emocionante. Hablaba con Stacy todos los días para saber qué más sabía del
raid, ella me había dicho que no forzase mucho a Furia porque a pesar que ya
estaba recuperado, no le había trabajado mucho la resistencia y tenía que ir
poco a poco, pero eso era algo de lo que el profesor me advertiría, porque él
sabía cuándo un caballo estaba en su límite de fuerzas. Stacy me dijo que el
profesor se llamaba Jose Miguel, aunque le podría llamar Chemi.
Montaba a
Furia todos los días y en vez de practicar en la pista, daba paseos con él para
trabajarle la resistencia; al final de cada sesión Furia acaba sudado por todas
las partes del cuerpo y le tenía que dar una buena ducha, aunque yo también
acababa hecha un flan, todo hay que decirlo. Hacía mucho tiempo que no galopaba
tan rápido, era una sensación de libertad infinita, la adrenalina recorría
todas mis venas. Y comprendí entonces que no todo es elegancia y coordinación,
a veces hay que salirse un poco de las normas, a veces hay que ser rebelde para
sentir la libertad.
También seguía
montando a Rayo, como dije anteriormente, y he de decir que apenas daba signos
del envejecimiento. Por otra parte, Daniel montaba a su caballo palomino y le
seguía entrenando en doma clásica, aunque a veces venía conmigo y con Furia
para vernos galopar juntos. De tanto verme, se empezó a interesar por el raid y
le dijo a Stacy que llamara a Chemi para decirle que ahora tenía dos alumnos.
Por fin, un
día vi que se acercaba un coche azul oscuro por el camino que llevaba a nuestro
club. Y supe en seguida que era Chemi. Corrí como si fuese una niña hasta el
coche y le abrí la puerta antes de que a Chemi le diese tiempo a decir hola.
-Vaya, qué
buen recibimiento me habéis dado y qué amables. -dijo riéndose.
-Es que tengo
muchas ganas de empezar la clase.
-Pues aún no
veo a Furia preparado. –Era verdad, Furia aún seguía en su cuadra comiendo.
Chemi siempre estaba sonriente, era un bromista y me contagiaba la risa. Salió
del coche y caminamos hasta la cuadra de Furia. Chemi tenía el pelo rubio
oscuro, casi castaño, los ojos marrones y era bastante alto. Llevaba unas botas
altas de montar, unas mayas marrones y un polo azul claro. Yo, que no me
esperaba su llegada aún no estaba preparada y llevaba unos vaqueros viejos con
unas zapatillas de deporte. –Y a ti tampoco te veo lista.
-Ya, es que no
me esperaba su llegada. –su sonrisa permanente inspiraba confianza y buen humor.
-Anda, vete a
cambiar y a preparar a Furia mientras yo voy a hablar con Stacy. Te espero en
15 minutos en la pista. –Me tenía que dar mucha prisa, así que eché a correr
hasta la casa de Stacy que estaba al lado del club, donde yo tenía mi propio
cuarto y mi ropa. Me cambié lo más deprisa que pude y fui también corriendo
hacia la cuadra de Furia que se asustó tras mi repentina aparición.
-Ups, lo
siento por asustarte, Furia, pero nos tenemos que dar prisa. –Me encontré a
Daniel que estaba ensillando a su caballo porque lo iba a montar y le dije que
ya había venido Chemi. Él dio saltitos de alegría –parecíamos unos niños
pequeños- y lo ensilló más rápido aún.
-¡Eh,
espérame, que yo aún no he terminado! –le di un codazo de broma.
-Si yo te
espero, pero no me pegues. Ja, ja, ja. -Nuestras carcajadas sonaban por todo el
club. –Daniel se subió a su caballo de un salto y yo hice lo mismo unos
segundos después. Salimos de la nave y fuimos a la pista trotando ligeramente,
donde Chemi nos esperaba.
-Vaya gran cuello
que tiene tu caballo, Daniel.- Dijo Chemi nada más vernos. -¿Cómo se llama?
-Gracias, eso
es porque es un caballo de doma clásica, es un campeón. Se llama Ulises.
–respondió él, presumiendo.
-Rayo es mejor
que Ulises. –salté yo, también presumiendo. Desmonté y fui a ensillar a Rayo
para que le viese. Le había cepillado antes así que estaba resplandeciente y
brillaba con la luz del sol. Llegué a la pista y me puse a hacer una exhibición
de doma improvisada. Chemi no daba crédito a sus ojos. Daniel hizo lo mismo que
yo y una vez casi nos chocamos. Cuando nos cansamos de presumir de nuestros
caballos nos detuvimos delante de Chemi y le preguntamos:
-¿Qué te ha
parecido? –Chemi aún nos seguía mirando con la boca abierta formando una gran
“O” y con los ojos como platos.
-¿Que qué me
ha parecido? Que vuestros caballos son alucinantes. –dijo, tras recuperarse de
su shock.
-Ya lo
sabíamos. –dijimos los dos a la vez de broma. –Ja, ja, ja.
-En cualquier
caso, por muy alucinantes y buenos que sean en la doma clásica, estos caballos
no valen para el raid. –dijo, más seriamente, en tono de profesor.
-¿Por qué no?
–preguntamos al unísono.
-Porque la
doma no exige tanta resistencia y por tanto estos caballos no aguantarían una
carrera ni de 40 km. Sin embargo, este campeón –le dio una palmadita en el
cuello a Furia- tiene pinta de que sí. –Daniel bajó la cabeza, avergonzado, no
tenía ningún caballo de raid, sólo tenía a Ulises y a los caballos de Stacy,
pero ninguno era de raid sólo eran caballos dóciles para aprender a montar y
alguno sabía algo de doma clásica y de salto para iniciarles a los niños en doma clásica y en salto.
-Yo no tengo
ningún caballo de raid. –susurró Daniel, como si se arrepintiera de ello.
-Bueno, no
pasa nada, Daniel, hoy no les vamos a forzar mucho porque primero tengo que
enseñaros a vosotros, más adelante empezaremos a entrenar en serio. Puedes
montar con Ulises de momento, pero ve buscando un caballo para comprártelo.
Además, tengo la impresión de que estos caballos son muy veteranos.
-La verdad es
que sí, Rayo tiene 16 años. – dije yo en su defensa. –Pero Ulises tiene 11
todavía, es bastante más joven que Rayo.
-Vaya, pues no
se nota, Rayo parece joven.
-Ya lo sé, le
cuido muy bien. Ja, ja, ja. -Me reí y Chemi se unió a mi risa, Daniel volvió a ser
dueño de su orgullo, le había salvado el pellejo.
-Bueno,
empecemos por lo básico.
Pasamos toda
la tarde montando hasta el anochecer y yo aprendí muchas cosas de raid, la
verdad es que me gustaba mucho. Daniel en cambio se aburría un poco, pero fue
yendo a las clases siguientes para ver si la cosa era más emocionante.
Hubo un día en
el que Chemi no vino en su coche, sino que también trajo un remolque.
-He traído dos
caballos, uno para mí y otro para Daniel, hoy vamos a dar nuestro primer paseo.
–explicó. –Daniel, espero que sepas apreciar el caballo que te voy a prestar y
si quieres te lo puedo vender, aunque eso tendría que negociarlo con Stacy.
–Sacó un nervioso caballo árabe completamente negro, que no paraba de moverse,
incluso Chemi estuvo a punto de recibir un coz que le hubiera dejado sin
sentido. Lo soltó en la pista para que se desahogara y después nos explicó:
-Daniel, hoy
te pondré a prueba. Este semental tiene 5 años, se domó hace poco y es muy
nervioso, no sólo porque es árabe sino también porque su carácter es así y por
eso es perfecto para el raid. Sin embargo, tienes que tener mucho cuidado,
cualquier movimiento en falso podría suponerte una caída dolorosa. –Daniel se
estremeció de miedo. –Pero yo confío en ti, debes confiar en él, porque si tú
confías en él, él confiará en ti. Pero para que te tranquilices un poco, si
quieres le puedes dar cuerda antes de salir para que se canse y no tenga tanta
fuerza.
Daniel cogió
un cabezal y una cuerda (la traya no le hacía falta) y se acercó a la pista
donde el semental estaba corriendo de un lado para otro. Entró en la pista con
cuidado pero retrocedió al ver que no podría alcanzar al caballo.
-¿Cómo le
alcanzo? –preguntó a Chemi.
-No te
acerques tú, deja que él se acerque a ti.
-Pero si no me
hace caso.
-Quédate
quieto en el centro de la pista y no te muevas, ya verás que le entrará
curiosidad y se acercará a ti. –Daniel, temeroso volvió a entrar en la pista y
se situó en el centro. El caballo siguió a su bola, corriendo de allá para acá
sin hacerle el mínimo caso. Daniel quiso llamarle y chasqueó la lengua para
llamarle la atención. Inmediatamente, el caballo dio un parón y dobló al cuello
para mirarle. Daniel le aguantó la mirada y se quedaron los dos como estatuas
durante unos segundos. Luego, el caballo siguió corriendo.
-Muy bien,
Daniel, ya ha notado tu presencia. Vuelve a llamarle a ver si se decide de una
vez.
-¿Cómo se
llama?
-Diablo.
-Bonito
nombre. –Daniel volvió a chasquear la lengua y el caballo volvió a mirar,
acercándose poco a poco. Por fin, Daniel le pudo poner la cabezada y empezó a
darle cuerda. Al principio, empezó a galopar muy rápido y Daniel apenas le podía
controlar. Cuando por fin pudo ponerle al trote, el caballo daba coces y tenía
un paso muy irregular. Pero Daniel le podía controlar y eso era bueno. Pasaron
15 minutos y Diablo empezó a sudar y a respirar bastante rápido. Chemi dijo que
era suficiente y que procediera a ensillarle.
Cuando
estuvimos listos, Daniel iba bastante incómodo y desconfiado y Diablo sólo
quería librarse de Daniel. Pero Daniel aguantó los botes y le escarmentó y
pronto Diablo empezó a comportarse medianamente bien. Chemi iba sobre un
caballo blanco bastante tranquilo, era hispano árabe pero Chemi le había domado
bien y era muy tranquilo. Yo iba sobre Furia que parecía un poco más regordete
en comparación con los árabes y se cansó antes que ellos. Hicimos varias
carreras y ganó Chemi obviamente mientras nos daba consejos. Su caballo apenas
se cansaba y Diablo se cansaba un poco más porque siempre estaba peleando con
Daniel para que no le controlase. Cuando volvimos todos estábamos destrozados,
no sólo los caballos, sino también nosotros y Daniel estaba cansado de pelear
contra Diablo. Sólo Chemi y su caballo seguían como si no hubiese pasado nada.
Mientras volvíamos, ya paseando tranquilamente, Daniel y yo le preguntamos:
-¿Cómo puede
ser?
-¿El qué?
-Que vosotros
dos estéis tan frescos después de las carreras.
-Experiencia.
-Ya veo…-De
repente, Diablo echó a correr hacia un tronco tumbado. Daniel le intentó parar
pero no pudo, iban directos al grueso tronco caído y cuando llegaron… Diablo
voló sobre él mientras Daniel caía. Afortunadamente, llevaba casco y chaleco, y
no se hizo mucho daño. Chemi me dijo:
-Ve a por
Diablo antes de que se pierda. Yo me quedaré aquí con Daniel. Date prisa. –Salí
con el poderoso galope de Furia siguiendo las huellas que había dejado Diablo y
oyendo sus relinchos a lo lejos. Era muy improbable que le pudiese alcanzar,
estaba muy lejos y era muy rápido. Furia no podría alcanzarle ni en mil años. Y
si se perdía, Chemi no me lo perdonaría nunca…
Molan mucho tus historias!! Pásate a ver las mías, a lo mejor te gustan. Muchas gracias y a continuar escribiendo
ResponderEliminarOh, qué bien, tengo otro lector! xD ahora mismo me paso! ^^
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